Llegando después de la salvación

-Te he traido a un lugar más humano - reí enseñándole mi poderosa hilera de dientes- Te va a gustar, sé lo que te digo. Y por todos los dioses, quita esa cara de ratón asustado o pensarán que te he secuestrado y te he traído en contra de tu voluntad... o algo peor. Anda, se que mueres de ganas por una cerveza helada.

Le abrí la puerta del bar y de inmediato sentí las miradas curiosas de los comensales. Ya estaba acostumbrado, sin embargo, yo seguía viendo en sus rostros la necesidad de malva vampírica, y las cantidades exorbitantes que se pagaba por obtenerla. Tomamos uno de los taburetes para cuatro personas, el más alejado... Me gustaba "algo" de privacidad, si es que acaso podía llamarse de alguna manera.

-Pide lo que quieras, yo invito y no me salgas con alguna patética excusa como en el Fagntasía o te patearé el trasero hasta cansarme. Y... pide algo de comer, te ves famélico.

Volvía reírme con más ganas por el comentario de Josh. Por supuesto que mi intención no era ahuyentar a la clientela para quedarme a solas con él. Eso podría hacerlo sin necesidad de recurrir a algo tan ordinario; simplemente me sentia eufórico, y en parte se lo debía. Me agradaba su compañía, y me agradaba también su ingenuidad, su transparencia... Su niñéz oculta en un cuerpo que apenas iba desarrollándose. Joder .. sí, me atraía demasiado y estaba haciendo uso de toda mi cordura para no abalanzarme sobre él y hacerle toda clase de cosas impensables. Regresé a mi bebida y la terminé, dejando el envase vacío sobre la mesa, tratando de desviar mis instintos salvajes hacia el trasero de la camarera que atendia la mesa contigua.

-Para ser un simple humano, tienes un estómago bastante grande. Aliméntate bien, necesitarás de muchas energías -le sonreí de manera extraña, y yo solamente sabía el por qué- Como sé que no tienes en donde caerte muerto, te ofrezco mi casa como posada. No queda muy lejos de aquí. Estoy en reparaciones, así que no esperes un hotel de cinco estrellas ni la nevera repleta con comida, pero al menos tendrás un techo donde guarecerte de las inclmencias dle tiempo. Es tu desición, pero si yo fuera tu, aceptaría sin pensármelo... No podría tener mejor oportunidad que ésta.

El tiempo es algo relativo para un vampiro. El tiempo no existe, sin embargo e irónicamente, el tiempo se volvía eterno cuando Josh comía. Lo único que yo quería era largarme cuanto antes de ahí para quedarme a solas con él. - Nunca en "mi muerte" había visto a alguien devorar con tanto ímpetu como tú. ¿Acaso tienes más de un estómago?- Le dije con cierto deje de reproche y molestia. -Troné los dedos y enseguida se acercó la camarera con buen trasero y dándole una nalgada descaradamente le pedí la cuenta- Linda, cierra la maldita cuenta y envuelve el resto de la comida para llevar, debemos irnos.- La mujer se retiró y recargué mis codos en la mesa, acercándome un poco más a Josh. Lo miré encantadoramente, sonriéndole. Era cierto que podía utilizar el Glam con él, pero el chico era demasiado transparente para eso; no había necesidad de encantamientos vampíricos. Luego contesté a su pregunta:

-¿Morderte? ¿Acaso crees que quiero morderte? - Me mordí el labio inferior sin dejar de ver sus ojos azules- Josh, hay dos placeres fundamentales en la vida de un vampiro, y ciertamente, morderte, no es algo que tenga en mente.

No iba a perder mi valioso tiempo haciendo llamar a la camarera para pedirle la cuenta, simplemente dejé un par de billetes sobre la mesa y me levanté casi al mismo tiempo que Josh. Si hubiese tenido un corazón dentro de mi cuerpo, estaría latiendo a mil por hora en ése preciso momento, por... ésa clase de emoción que da, el sólo hecho de pensar en que se hará una "travesura"; sumado al hecho de que yo era el único que sabia lo que ocurriría una vez pusiéramos un pié dentro de mi casa. Estaba ya acostumbrado a llevar el control de las cosas, pero ése chico estaba rompiendo con todas mis reglas auto impuestas. Me sentía como un niño pequeño con juguete nuevo. La honesta verdad es que estaba ¿emocionado? por llevarlo a mi santuario.

Josh tomó el preparado para llevar y yo lo tomé del brazo para guiarlo a la salida. Montamos de nuevo a la motocicleta y aceleré al máximo. Sólo esperaba que todo resultara tal cuál lo estaba planeando, sin ningún tipo de patrulla siguíendome los talones. La gente con mucho tiempo libre, a veces era una molestia para los vampiros de Bon Temps. El salir con un humano de un Bar, no era muy bien visto por aquellos lares y los humanos, ávidos de un poco de gloria, sólo buscaban erradicarnos a como diera lugar, con una simple llamada a la estación policial.

-Hola alla atrás - le grité mientras todos esos negros pensamientos cruzaban mi mente- Creo que aceleraré un poco más, sujétate lo más fuerte que puedas.