A la busqueda de la princesa

Llevaba despierta desde hacía poco menos de una hora y llevaba un rato vistiéndome y arreglándome para pasar por el Merlotte's, por si había suerte y estaba Hoyt allí. Pero entonces alguien tocó la puerta. Oh, mierda. ¿No sería Bill? Si era Bill la diversión habría acabado... Y mi visita al Merlotte's también. Suspiré pesadamente y bajé las escaleras lentamente. Por favor que no sea Bill, que sea Sookie o quién sea, pero no Bill, pensé.
Abrí la puerta, y para mi sorpresa estaba allí la persona que más quería ver en ese momento, Hoyt... mi Hoyt. Estaba monísimo. Se me ilumino el rostro y con una sonrisa saludé con un tímido "hola".

-Me encanta que me hayas venido a buscar. Yo no he parado de pensar en tí tampoco-confesé. Reaccione y me acerqué un poco a él, plantando un beso en sus labios. Había venido por sorpresa para recogerme... Qué romántico.

-Claro-dije sonriente después de ese segundo beso que tanto me había gustado. Con Hoyt iría hasta el fin del mundo. Ya estaba lista y vestida, así que cerré la puerta a mis espaldas y cogí su mano.

Reí suavemente.
-Oh, no, quería pasarme por el Merlotte's... para ver si estabas allí, y eso-sonreí. Ya nos dirigíamos hacía el Fangtasía. Estaba emocionadísima. Eso era como una cita. No, ERA una cita. Una cita con Hoyt. Hoyt y yo. Juntos. Sonreí de nuevo como una tarada.

Me sonrojé, aunque no pude evitar dejar de sonreír como una tonta. Como una tonta enamorada. Tenía ganas de besarle, y de pasarme así toda la noche, pero no podía, ya que estaba conduciendo. No podía quitarle el ojo de encima... Era taaan mono.

Oh mierda... ¿tendría algún inconveniente si le decía que era menor de edad? Supongo que si una persona quiere de verdad a otra le daría igual... Pero nos conocíamos de hacía tan poco... ¿Qué hago?, pensé, ¿le miento?
-Humm... diecisiete...-dije casi en un susurro, esperando que no le importase. Quizás ahora se creyera un pedófilo o algo así. Mierda, quizás debí mentirle y decirle que tenía veintiún.

Su reacción fue más brusca de lo que había esperado que sería, y por un momento incluso me asusté un poco. Definitivamente, debí mentirle. No sabía que hacer, ni como arreglarlo.
-Bueno, yo... Tampoco falta mucho para que tenga 21, además, aparento más ¿no?-Joder, Jessica, así no lo estás arreglando para nada-Quiero decir... Pff, no estoy segura de lo que quiero decir, ¿qué más da? Se supone que la edad no importa en el amor ¿no? Que cuando alguien quiere a alguien no le importa nada más que esa persona y lo demás son cosas secundarias-dije. No sabía si eso arreglaba algo, pero eso era sincero, me había salido del corazón (sí, ese que no late).
Las dudas me asaltaron: ¿y si Hoyt no me quería tanto como yo le quería a el? ¿y si, simplemente, no me quería? Esperaba que no fuera la última opción.

Me acerqué a él e hice que mirara a los ojos.
-Hoyt, escuchame bien: Te quiero, y me importa un carajo lo que diga quién sea, ¿entendido? El que me importa eres tú, no esa panda de idiotas sin vida que no tienen otra cosa que hacer que hablar de la de los demás-me sinceré.

-Eso mismo querría saber yo de ti-sonreí y seguí besándole de manera apasionada. Me sentía de nuevo en una nube, en otro lugar dónde solo estabámos él y yo. No era ni siquiera consciente de que nos encontrábamos en medio de la carretera, y que en cualquier momento vendría algún coche. Bah, que les den, pensé.

Sentía que estaban apunto de brotarme otra vez los colmillos de la excitación, pero mientras nos besábamos escuche levemente un sonido con mi audición vampírica. Oh, mierda. Suavemente me separé de Hoyt y tapé su boca con una de mis manos para que no dijera nada. Sí, sin duda era lo que parecía. Aparté mi mano de sus labios y dije:
-Creo que viene hacía aquí un coche de policía-avisé, aún en su regazo.

-¿Vamos hacía el Fangtasía, no?-pregunté. Tanta pasión me había dejado un poco descolocada.